El trabajo está ligado inexorablemente a mantenernos alerta, dejando a un lado muchas cosas relacionadas con nuestra vida personal. Las exigencias, a la hora de realizar nuestro cometido laboral, implican concentración, tensión, atención, agilidad mental, a veces preocupación, pasar muchas horas sentado, posiblemente delante de un ordenador, o tener los cinco sentidos ocupados en la tarea que nos ha sido asignada. La responsabilidad y el cansancio van haciendo mella con el paso de las horas, por ello es preciso tomar los descansos necesarios para mantener nuestro equilibrio mental, emocional y físico.
La hora de la comida no solo supone que debemos parar nuestra actividad para recargar la energía que nuestro organismo necesita, sino que también implica relax, un momento de distensión donde podemos recuperar aquello que hemos dejado aparcado unas horas, tomar conciencia de nuestro cuerpo, de lo que deseamos, de aquello que dejamos aparcado mientras trabajamos concentrados.
El momento de la comida se convierte así en un momento importante, donde debemos dedicar nuestro tiempo a nosotros mismos, a lo que es mejor para recuperar las fuerzas, para volver a nuestra actividad, relajados, con la mente abierta habiéndonos dado la oportunidad de respirar y alimentar nuestro cuerpo con los nutrientes necesarios para mantenerlo sano, activo, y por qué no, feliz.
Para lograr este objetivo debemos ser conscientes de los alimentos adecuados a tomar para no que nuestro organismo se sienta bien y no emplee más tiempo del necesario para la digestión, lo que conllevaría pesadez o cansancio, además de abrir la puerta a posibles trastornos de salud en un futuro.
Cuando llegue la hora de comer, tengamos en cuenta que no es bueno saciar nuestro apetito con excesivas grasas, azúcares o carbohidratos de baja calidad. Comamos aquello que nos gusta, pero hagámoslo conciliando alimentación y nutrición. No es recomendable comer en exceso ni sobrecargar el organismo y, por supuesto, no es saludable comer en la mesa de trabajo. La distracción respecto al trabajo y el hecho de centrarnos en lo que vamos a comer nos relajará, mejorará nuestro estado de ánimo, nos devolverá vitalidad y alegría, el rendimiento mental mejorará y la motivación y el empuje para terminar nuestra jornada nos llenarán el resto del día de nuevos alicientes.
Por último, comer en compañía es mejor que hacerlo solo pues aumenta nuestra relajación yelegimos de manera más conveniente nuestros alimentos y las cantidades a tomar.